DOMINGO XXXIII. TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

JESÚS NOS “SUEÑA. ¡VALIENTES Y NO COBARDES!

El año litúrgico concluye siempre con un tono apocalíptico. No nos resulta muy agradable. Las tres lecturas de este domingo 33 tienen este tono: el profeta Malaquías contrapone el fuego que abrasa a los perversos a la luz que ilumina a los justos; san Pablo contrapone el trabajo creador a la parálisis destructiva de los vagos; Jesús-Maestro enseña a sus discípulos a no dejarse fascinar por lo que pasa, pero ser valientes en zonas de oscuridad y muerte, porque allí encontrarán la salvación.  

¿Fuego que abrasa, o luz que ilumina? 

El escenario apocalíptico es siempre estremecedor: en él se presenta la lucha final entre el bien y el mal. 
El profeta Malaquías plantea la gran alternativa: el destino de los malvados y perversos será un “horno”, en el que serán quemados hasta que no quede de ellos ni rama, ni raíz. En cambio, el destino de los que honran el nombre de Dios será luminoso y transformador: “los iluminará un sol de justicia que lleva la salvación en sus alas”.
La luz de Dios es, para unos, horno que abrasa y destruye y, para otros, vida. ¡Ese será el destino de unos y otros!

¡La Promesa en medio de la catástrofe!

Jesús no se mostró comprensivo con quienes le ponderaban la belleza del templo de Jerusalén. Los puso alerta ante lo que iba a suceder:

Ante esa terrible profecía, los discípulos le preguntan: 

Maestro, ¿cuándo va a suceder esto?
Y ¿cuál será la señal? 

Entonces el maestro inicia su discurso apocalíptico. Y les dice:

Habrá guerras de pueblos contra pueblos, revoluciones; en diversos países, habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, grandes señales en el cielo. 

También les predice a sus discípulos lo que les sucederá:

Falsos mesías intentarán engañarlos y seducirlos. Serán perseguidos, los llevarán a los tribunales, los encarcelarán; comparecerán ante reyes y gobernadores. Sus mismas familias (padres y hermanos) y los propios amigos los traicionarán y matarán a algunos. Y, por ser discípulos de Jesús, serán odiados por todo el mundo.

Al mismo tiempo, Jesús les pide valentía, porque Dios los protegerá y ni un cabello de la cabeza perecerá y quedarán a salvo. 

Jesús – Maestro nos indica con su discurso que no nos dejemos fascinar por el “imperio de lo efímero”. Efímero quiere decir aquello sólo dura un día, o que es pasajero: pasa el encanto de la infancia, la belleza de la juventud, la fama de la adultez.

Jesús nos revela así, que algo inimaginable nos espera. Y conectando con la profecía de Malaquías, nos anuncia que una gran Luz nos iluminará y nos hará vivir sin ningún tipo de amenazas.

¡Nada ni nadie nos paralice!

El miedo paraliza y acobarda.

Jeff Koons

Había en la comunidad de Tesalónica, cristianos a quienes la expectativa del final del mundo les llevaba a “vivir sin trabajar”, “muy ocupados en no hacer nada”. Pablo les pide tranquilidad y ganarse el pan.

Él mismo se pone como ejemplo de cristiano valiente y trabajador. La acción humana en este mundo tiene sentido, aunque a veces se vea brutalmente interrumpida.

Conclusión

La palabra “apocalipsis” significa revelación. ¡Se abre el velo de aquello que estaba oculto!

Una Luz nos llega del Porvenir.

Y esa luz no resuelve nuestras preguntas, pero sí nos indica que el final no es oscuridad, ni frío.

¡Que hay salvación! Y   esa es la clave para dar sentido a nuestra vida aquí. 

Y también Jesús nos sueña… ¡generosos! en la sexta jornada mundial de los pobres

El lema de este día es: “Jesús se hizo pobre por vosotros”.
Esta jornada tiene un doble objetivo: 1) que reflexionemos sobre nuestro estilo de vida, teniendo en cuenta todas las pobrezas que aquejan hoy a la humanidad, especialmente después de la pandemia. 2) Que tengamos en cuenta la guerra de Ucrania: esa realidad que ha aparecido en el horizonte y que empobrece de una manera radical a muchas personas: genera muchísimos pobres e indefensos: millones de mujeres, niños, ancianos obligados a desafiar el peligro de las bombas.
La colecta e este día debe ser un signo de amor. La generosidad hacia los pobres tiene su raíz en Jesús, que se hizo pobre por amor. Que ninguno de nosotros nos sintamos exceptuados de la preocupación por los pobres y por la justicia social. 
Hay una pobreza que enriquece. Dando gratuitamente se obtiene un tesoro en el cielo. Hay una pobreza que humilla y mata. La pobreza voluntaria libera y nos hace felices. Mostrémonos en este día espléndidamente “generosos”.

José Cristo Rey García Paredes, cmf

PARA CONTEMPLAR Y MEDITAR

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