¡CLAMOR DE RESURRECCIÓN!
El ambiente de guerra e inseguridad nos hace pensar: ¿qué sentido tiene una vida tan amenazada? ¿Será verdad que somos seres-para-la muerte? En cualquier momento nos vemos amenazados de muerte por dentro -en nuestro cuerpo- o por fuera… y la certeza de morir nos entristece. Las lecturas de este domingo 32, nos invitan a contemplar la realidad desde otra perspectiva: 1.No hay fecha de caducidad para Amor. 2. Convertir el asesinato en sacrificio. 3. Y si pasa, ¿qué pasa?
¡No hay fecha de caducidad para Amor!
La lectura del Evangelio, nos presenta un escena que hoy también nos interesa muchísimo.
Los saduceos, se sirvieron ante Jesús de la casuística matrimonial para oponerse a la resurrección de los muertos. El mayor argumento contra la resurrección estaría –según ellos– en la misma Palabra de Dios (en el Pentateuco).
Convertir el asesinato en sacrificio
La primera lectura, nos muestra que la violencia antirreligiosa existe desde hace muchísimo tiempo. Los hermanos Macabeos la experimentaron en su propia carne. Pero los hombres y mujeres que sienten la cercanía de Dios son invencibles, insuperables. Así lo demostró esta familia ejemplar, liderada por su madre. Quienes confían en Dios saben que la muerte, el asesinato, no tiene la última palabra. Por eso, convierten la muerte violenta en sacrificio, en culto a Dios y en misericordia sobre el mundo. Mueren alabando a Dios y perdonando los crímenes de los seres humanos.
Lo peor es cuando hay personas que piensan que matando hacen un favor a la justicia. Son idólatras. Sirven a ídolos de muerte que ellos mismos se han creado. Dios es Dios de la Vida, nunca, nunca de la Muerte.
Y si pasa, ¿qué pasa?
En la segunda lectura, Pablo desea a los cristianos dos cosas: consuelo eterno y hermosa esperanza. Él sabe que la comunidad cristiana, y cada miembro de ella, está amenazada por “hombres malos y perversos… personas que no son de fiar”. Éstos son instrumentos del Maligno.
La existencia cristiana es lucha. Rechaza las armas de la muerte, pero emplea las armas de la esperanza, del amor al enemigo, de la oración, de la paciencia.
Conclusión
Los seguidores de Jesús proclamamos que¡Somos-seres-para-la resurrección! Nos negamos a creer que el Amor sea derrotado por la muerte. El Amor desea superar cualquier barrera. ¿No fue el precioso libro el Cantar de los Cantares un grito de resurrección? ¡La Muerte no anegará a Amor! El amor que Dios nos tiene, no tiene fecha de caducidad. Y Jesús se lo dijo a los saduceos que no creían: nuestro Dios no es un Dios de muertos.
Sí, estamos en manos de la Vida. Y la Vida vencerá a la Muerte.
José Cristo Rey García Paredes, cmf