Domingo de la Trinidad Ciclo C (12 de junio ’22)

A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LA TRINIDAD


 

            ♦ Φ No es indiferente lo que digamos de Dios, porque afirmamos estar hechos «a su imagen y semejanza». Por lo tanto, si no comprendemos siquiera un poco cómo es Dios… no sabremos cómo es el hombre, o qué está llamado a ser. Incluso podemos afirmar: «Dime cómo es tu Dios y te diré qué es para ti el ser humano».

             ♦ Φ A Dios nunca lo comprenderemos del todo. Pues si lo comprendiésemos bien, si alguien nos lo pudiera explicar con unas buenas clases de teología… Dios sería más pequeño que nuestros pensamientos y nuestras teorías (y siempre limitado por los conocimientos científicos, culturales y el momento histórico, que son siempre cambiantes). Y probablemente sería un Dios a nuestra imagen y semejanza, del tamaño de nuestras limitadas cabecitas. San Agustín escribió que «cuando uno cree conocer a Dios, en realidad está lejos de Él; y al contrario, cuando uno siente una gran oscuridad, eso mismo es señal de cercanía a Dios.

             ♦ Φ Si Dios fuese aquello que a cada uno le hace falta, lo que a cada uno le conviene, lo que cada cual se inventa o necesita, ese «dios a la carta» tan frecuente hoy… tendríamos a un Dios «manejable» y disponible al que acudiríamos en casos de emergencia, cuando las cosas se pongan mal. Por supuesto que en tal caso no nos plantearíamos si Él espera algo de nosotros, si tiene algo que decirnos o pedirnos. Sería un Dios sin palabra, como una especie de «buzón» donde depositar nuestras necesidades, a la espera de que las atienda.

             ♦ Φ Si Dios estuviera «fuera» de nuestra realidad, desentendido y al margen de nuestra tierra, de nuestra vida, y viviera allá lejos, “en el cielo”… no tendríamos que preocuparnos por esta «casa común», ni por lo que pasa entre los hombres porque estaríamos aquí como de paso, como una mala noche en una mala posada… hasta que llegue el momento de irse a otro cuerpo (reencarnación), o a otra dimensión… Sería indiferente contar con él, o prescindir como si no existiera… 

             § Pero los cristianos afirmamos que Dios es PERSONA, un «Tú» con quien podemos encontrarnos en la oración y otras mediaciones (en el pobre, en la comunidad, etc), y esa relación nos “personaliza”, nos ayuda a ser más personas, mejores personas, más humanos. No hará falta recordar cómo los grandes santos han sido siempre grandes humanistas, grandes personas.

             § Afirmamos también que Dios es TRINIDAD/COMUNIÓN/RELACIÓN/COMUNICACIÓN.
Es un Dios que mira hacia fuera de sí mismo, preocupado por los hombres. Pero no para espiarlos, ni para imponerles sus deseos, ni para controlar nuestras acciones y premiarnos o condenarnos según el caso. No. Como dice el 4 Evangelio : Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Al ponernos delante de este Dios… nos encontramos con que quienes más le preocupan e interesan son los que están peor, los que lo pasan peor, a los que la vida u otros hombres tratan mal. Nos lo encontramos mirando hacia nosotros, y por eso automáticamente nuestra mirada debiera orientarse en la misma dirección: el pobre, el enfermo, el emigrante, el descartado… Su deseo mayor («la gloria de Dios consiste en que el hombre viva y la vida del hombre consiste en la visión de Dios«, escribió San Ireneo) es nuestra felicidad.

             § Su deseo y su proyecto salvador consiste en estar cerca de nosotros, encontrarse con nosotros, ayudarnos a ser felices y eso le llevó a la «locura» de poner su tienda entre nosotros, a ser uno de nosotros, a HUMANIZARSE en JESUCRISTO, a ser barro como nuestro barro, de tal modo que podemos decir sin exagerar que cuanto más humanos/personas seamos, más nos parecemos a Dios, más hacemos su voluntad, más contento le ponemos. El Dios humanizado que es precisamente Jesús de Nazareth nos muestra que cuanto más libres somos, cuanto más desarrollamos nuestras capacidades, cuando más nos entregamos a los otros… más nos parecemos a Dios, más somos imagen de Dios.

             § Es un Dios ESPÍRITU, que no nos deja aquí solos con nuestros problemas, empantanados en nuestros charcos: NOS HABITA, nos acompaña, vive nuestra vida con nosotros. Le encontramos en el interior de todo ser humano, y está en nosotros sosteniendo nuestras luchas, ayudándonos a discernir el bien, dándonos luz en los callejones sin salida, sosteniendo nuestra esperanza, empujándonos siempre hacia arriba, hacia Él.

             § Pero sin olvidar que es un Dios “MISTERIO”, y por lo tanto no lo terminaremos de conocer nunca. Del mismo modo que tampoco nos terminamos nunca de conocer a nosotros mismos, ni podemos decir que conocemos perfectamente a otra persona, por mucho tiempo que llevemos juntos. La PERSONA es siempre un misterio, una sorpresa que se nos escapa, que no podemos atrapar ni definir ni manejar.

           Aunque sí lo podemos experimentar y sentir. Como ocurre con un buen número de realidades que forman parte de nuestra condición humana: Yo no sé explicar la belleza, pero sí sé reconocerla, gozarla y contemplarla. Tampoco sé definir la verdad, el amor, el bien, la libertad, la poesía… no son objeto de explicación, sino más bien de búsqueda, de contemplación, de sorpresa, de dejar que nos afecten, de callar ante ellas en silencio. Es lo que intentan hacernos entender los contemplativos (hoy celebramos su Jornada): El silencio, la oración, la reflexión, la comunidad, el estudio… son caminos de acceso a Dios. Sólo estando con él y entregándonos a él llegaremos a conocerlo… siquiera un poco.  Y lo mismo podemos decir con respecto a las personas con las que queremos estar en comunión. Por eso la fiesta del Dios Trinidad es también la Fiesta de la Humanidad donde «ella» se hecho presente y es nuestro modelo. Imagen y semejanza suya como ya hemos dicho.

Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
Imagen superior, «Trinidad» de Marko I. Rupnik

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6 comentarios

  1. A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LA TRINIDAD
    Quique, me gusta la didáctica elegida para tu reflexión, de una forma u otra plasmas lo que “no es Dios” para dejar la abierta la puerta a la fe, oración, contemplación, a la alabanza, el compromiso y la esperanza.
    Comprender:
    • Nuestra finitud, ante la grandeza infinita de Dios
    • Nuestro limitado conocimiento, ante la sabiduría de Dios, que acompaña a su Pueblo y a cada uno de sus hijos. Según sus necesidades a través de la Historia de la Salvación.
    • Nuestro “yo” egoísta, ante Dios libre, que no se deja manipular porque es fiel al sueño que tiene para cada uno de nosotros y su Pueblo, que no se ajusta a nuestros esquemas.
    • Nuestra actitud individualista y cerrada, ante un Dios solidario, humano y humanizador implicado en la vida del hombre.

    Para afirmar que Dios es PERSONA y Persona en relación, comunión y comunicación con un lenguaje propio, el lenguaje del Amor, con distintos matices. Por eso le puedo contemplar como Creador, Padre sin origen, Como Hijo encarnado y el Espíritu Santo que nos hace hijos en el Hijo. Dios se mete en la vida y en nosotros mismos, nos habita y nos envuelve en su amor. Esto me ayuda, si hago silencio en mi interior y le descubro como:
    • Dios mirando fuera de sí mismo, preocupado por los hombres, mirando a los que lo pasan mal y mirándome a mí, para implicarme a trabajar por la unidad y la comunión desde el amor, la acogida y acogiendo la diversidad, consciente de que ésta enriquece.
    • Como Dios encuentro. Quiere que me encuentre con Él, conmigo misma, con la Comunidad Cristiana, con la realidad que me rodea, con el Mundo creado por Él y colocado en nuestras manos para cuidarlo. A esto me anima su Palabra.
    • Dios Humanizado en Cristo Jesús. Él se hizo barro de mi barro. ¡Qué poco profundizo este misterio! ¡Pocas veces me considero barro! Es una realidad que olvido con frecuencia. Él se hizo Humano en Cristo Jesús para que nosotros humanicemos nuestro “barro” al encontrarnos con Él en su Palabra y en la Eucaristía. Me anima más considerarme persona humanizada porque el Espíritu Santo me habita.
    Dios Trinidad, anima mi fe y mi esperanza. ¡Cuántas veces le pido que me ilumine en mis problemas, que dirija mi mirada hacia donde Él mira, pero sobre todo, hoy, le pido que no deje de ser MISTERIO para mí porque quiero mantener mi puerta abierta a su sorpresa y novedad!
    La Trinidad es comunicación de amor, esto me lleva a reflexionar el tipo de comunicación que tengo con los demás. Me parece importante que vaya marcada por la sinceridad, sencillez, la escucha, adhesión, cercanía, amor y muchas veces de misericordia para ir adquiriendo actitudes que unifiquen y facilitar la comunión.
    Tenemos muchos accesos para encontrarnos con Dios y no siempre los aprovecho, Él está deseando mi felicidad y yo quiero encontrarla por medio del silencio, la contemplación, la entrega y la admiración al contemplar sus maravillas. ¡Que pueda redescubrirle cada día habitándome y recibiendo su fuerza que alienta mi vida cada día!
    Estas pinceladas sacadas de tu reflexión me ha ayudado a tener un rato de oración esta tarde y mañana continuar en otro momento.
    Gracias Quique por iluminar un poco mi vida.

  2. Carmen Díaz Bautista

    En un encuentro interreligiosa, dijo Javier Melloni que la gran aportación del cristianismo era haberle dado un rostro humano a Dios. Esta frase resuena en mí con frecuencia; Jesús es el rostro humano y visible de Dios. No sabemos exactamente cómo es Dios, no podemos definirlo, pero tenemos todas las pistas para intuirlo en el Hijo porque afirmó con rotundidad que quien lo ve a él ve al Padre y no solo eso. sino que además el Cristo se quedó entre nosotros, nos habita, somos el soporte de Dios, todos lo somos seamos conscientes o no.
    Plotino creía que los malvados lo son porque no tienen a Dios en su alma. Yo, en mi modesta opinión, no lo creo. Está en todos los hombres, aunque lo tengan tan oculto por la maldad que apenas se le puede reconocer, pero tiene que estar, porque todos estamos hechos a su imagen y semejanza, por eso podemos y debemos reconocer a Dios en todos los hombres y, aunque la Biblia dice que Dios al séptimo día descansó, yo lo siento activo, completando la creación a través de los hombres; de no ser así seguiríamos en las cavernas.
    Gracias, Quique, por tu estupenda reflexión y perdona si digo algo poco ortodoxo.

  3. Hoy al leer el comentario me ha vuelto la pregunta (que me aparece reiterativamente)de porque Dios penso en crear un mundo para poner al hombre para que disfrutara de el y lo hizo ademas a su imagen y semejanza Dios que es infinito en todo ; imagino que por su gran misericordia por la que quiso hacernos participes de su Gloria.
    Pero esto sabia que le iba a costar caro.Tuvo y tiene que aguantar la infidelidad y el olvido, la violencia , el desprecio y desproteccion a sus preferidos ,los experimentos biológicos
    ,las guerras etc y el pecado mas grave es que nos creemos como dioses porque Dios no nos hace falta .
    Al Dios Trinitario tuvo que costarle tener que mandar al Hijo al mundo a redimirlo no quiere uno pensar en el sufrimiento del Hijo de Dios cargado de pecados tratado como un delincuente abandonado de todos muriendo en la cruz y después e esto quedarse en los Sagrarios abandonados muchas horas al dia.
    Y por otro lado el Espiritu Divino atendiendo a todos con mas o menos éxito
    Gracias Padre Hijo y Espiritu Santo por este Amor y Generosidad que sobrepasa con mucho mi capaciadad de imaginación
    Gracias Padre Enrique

  4. Quique qué grande es la dimensión de la Trinidad. Muchas son las enseñanzas que se aprenden de tus reflexiones. Me han llamado la atención varias cosas. En primer lugar como dice San Agustín, cuanto más claro vemos las cosas menos conocemos a Dios y por el contrario, cuando nos movemos por tanta oscuridad de su misterio, más cerca estamos de Él. Muchas veces queremos saber tanto que no sabemos nada. Como personas nuestra naturaleza intenta saber y profundizar más en Él pero siempre nos quedaremos cortos. La Trinidad el un misterio infinito pero a veces tenemos que poner cara para intentar comprender mejor y hacernos mayor idea. La Trinidad a través de su Hijo, es la que vemos más clara, más humana, más persona….pero elevando un poco más nuestra mirada le podemos ver en nuestros semejantes. La «car» del Señor es la del pobre, la del triste, la del que está sólo, la del que necesita ayuda, la que anhela palabras de aliento, la que espera el perdón,…Tantas caras tiene Dios!!!.
    Además en muchos pasajes del evangelio se ve que tiene «predileccion» por el que necesita ayuda; por el prójimo.. Qué bonitas las palabra que siempre tengo presente en mi vida…»cuando a cualquiera de tus hermanos les hicisteis bien…, a mi me lo hicísteis». Por eso tengo que ponerle cara a Dios. Me ayuda mucho.
    Otra idea muy importante que he sacado hoy es la de «no tener un Dios a la carta».
    En estos días haciendo el mes del Sagrado Corazón, hay una parte de la oración que dice más o menos al pedir una gracia…que si no se me concede quizás seas Tú el que me la cambie por otra que más convenga a mi alma». Qué bonito!!!. Qué bonito es pedir a Dios cosas e inmediatamente añadir…si lo crees conveniente Señor. Es decir la aceptación de las cosas de la vida. Él aceptó sin culpa de nada morir por todos nosotros a cambio de nuestro amor en el que tanto le fallamos..
    Lo del «Dios a la carta» qué fácil sería siempre si se nos concediera lo que pedimos. Así no hace falta ser cristiano, ni creer en Él.
    Oración, petición y que sea lo que Él quiera. Fácil de decir pero difícil de llevarlo a cabo.
    Os cuento una anécdota de un tío mío, hermano de mi madre, con 26 años que murió por tuberculosis después de la guerra. Era el mayor de los 4 hermanos. Una perdona muy buena pero el Señor le quiso a esta edad con Él…y como es lógico yo no le pude conocer, pero siempre por mi madre y otras personas, recuerdo las palabras que dijeron mis abuelos: » El Señor nos lo dio, y el Señor nos lo quitó».¡¡Qué bonita la aceptación!!. Qué difícil pero a la vez que santa el aceptar los problemas de la vida…
    Os doy gracias también a todos los que han dejado sus comentarios y he podido leer..También me ayudan mucho.
    Señor en el día de hoy que sepa aceptar la Trinidad, tan difícil y compleja, poniéndome a tu disposición y sobre todo que sepa aceptar en la vida los contratiempos y la lucha hasta que un día esté a tu lado. Así sea.

  5. Buenos días Quique querido. Muchas gracias por ser tan buen transmisor, al menos para mi,de la Palabra de Dios. Pido todos los días al Señor para que te proteja, te ilumine y sigas así. Un fuerte abrazo.

  6. Mª Carmen Álvarez

    «Cuando uno siente una gran oscuridad, eso mismo es señal de cercanía Dios»….que potente, que rompedor, que enfoque….me ha impactado; gracias Quique por tu magnífica homilía: que didáctica, que cercana, que claridad de conceptos, gracias por llevarnos domingo a domingo, un poquito más cerca del Señor
    Gracias por ser y estar, Quique

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