DOMINGO 5. TIEMPO DE PASCUA. CICLO C

DIGNO DE AMOR Y MÁS ACTUAL QUE LA IGLESIA

Dividiré esta homilía en tres partes:

  • ¿Amar a Jesús?
  • El acceso emocional a Él
  • Razón de amor

¿Amar a Jesús?

“A quien me ame, mi Padre lo amará”. Jesús nos dijo que tenemos asegurado el amor de Dios Padre si le amamos.  Pero ¿no es verdad que de Jesús nos distancia dos mil años? ¿Será posible amarlo? En su tiempo muchas personas lo amaron, lo acompañaron y siguieron. No pocas hasta dieron su vida por Jesús. Hoy Jesús nos pregunta también como a Pedro: “Me amas”? 

El acceso emocional a Él

Nuestra fe no es solo intelectual, es emocional. Creemos en Jesús cuando nos emociona, y no a través de meros conocimientos teológicos. Amarlo es emocionarse.

 “Jesús es digno de amor porque es más moderno y actual que la misma Iglesia” (dijo Johan Baptist Metz). Amar a Jesús es soñar, contemplar la historia con casi una loca esperanza en aquello que vendrá.

 Quien sigue a Jesús siente que el universo se sustenta en un acto de amor continuo e infinitamente paciente; que es el amor lo que le permite seguir existiendo; que el amor mueve el sol y todos los demás astros”, como decía Dante. El Dios Amor es el fundamento de nuestra existencia. Dios “está tan cerca de ti como las venas de tu cuello”, escribe el libro sagrado de “El Corán”. 

Razón de amor

El gran teólogo Karl Barth describía a Jesús como “nuestro contemporáneo”. El Espíritu Santo lo trae a nuestro tiempo y espacio. De Jesús no habría que decir: “tan fascinante que es imposible conocerlo del todo! Él es el Creador en medio de su Creación. Y sin embargo, sometido a todo. Él decía con frecuencia: ¡no temáis” y enseñaba el arte de la no-violencia: “si alguien te pide el manto, dale también la túnica”, “si alguien te hieres en la mejilla derecha, ponle también la izquierda” (Mt 5,39). Transmitía sus enseñanzas en los camino, en los prados -donde pacen las ovejas-, en un monte o una llanura, también en el templo. Con sus bienaventuranzas enseñaba el arte de la felicidad. Deseaba forma una comunidad donde la violencia termina.

A quien le preguntó: “entonces quien podrá salvarse? Él respondió: ¡Con Dios todo es posible! (Mt 19,25-26). Hizo gala de una desconcertante despreocupación por la sexualidad y dirigió su propia vida sexual como si la tuviera, fuera de página. Rechazó, eso sí, explícitamente el divorcio. Y sobre la corrupción, le preocupaban los “sepulcros blanqueados”. Para Jesús, amor es más fuerte que la muerte.

Conclusión

Dios Padre que es Amor, nos ama cuando Jesús nos entusiasma, cuando le seguimos, cuando le amamos y establecemos amistad con Él. Las enseñanzas de Jesús son vida. Quien ama a Jesús se convierte en Morada de Dios. Cuando Dios está con nosotros, nada hemos de temer.

José Cristo Rey García Paredes, CMF.

Marcar el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.