Grupo de Oración Personal

El último domingo del mes de octubre comenzaba en la Parroquia una nueva experiencia de oración. Desde entonces, todos los últimos domingos de cada mes nos encontramos a las siete de la tarde un grupito de personas, de todas las edades, que compartimos la inquietud y el deseo de ir creciendo en un camino de oración personal y encuentro con Dios.


El último domingo del mes de octubre comenzaba en la Parroquia una nueva experiencia de oración. Desde entonces, todos los últimos domingos de cada mes nos encontramos a las siete de la tarde un grupito de personas, de todas las edades, que compartimos la inquietud y el deseo de ir creciendo en un camino de oración personal y encuentro con Dios.

Lo que pretendemos es sencillo: abrir un espacio mensual para los que quieran en el que orar personalmente con la Palabra y compartir nuestra experiencia, descubrimientos, logros, dificultades, … El método de oración con el que nos ayudamos es el más típico y propio de la tradición cristiana: la «Lectio Divina». Orar con la Palabra. Comenzamos pidiendo la asistencia del Espíritu, leemos con atención la Palabra de Dios, meditamos personalmente lo que nos quiere decir, oramos desde ella y nos abrimos a la contemplación en silencio de Dios.

Cada encuentro tiene dos partes. La primera es un rato de oración personal, acompañada, compartida, con algunas ayudas, pero fundamentalmente personal y en silencio. La segunda consiste en un encuentro comunitario en el que con sencillez cada uno comparte su propia experiencia de oración: o bien de ese mismo rato que acabamos de tener, o bien de lo vivido a lo largo del mes, o bien de alguna cosa especial que esté en relación con el propio camino de encuentro personal con Dios.

Cada día se anima alguno más a participar. Con mucha libertad: puedes venir algún último domingo de mes, otros no; puedes venir sólo a la primera parte y no a la segunda; puedes participar activamente o simplemente estar. Lo que Dios te vaya animando a hacer. Eso sí: es una experiencia de oración y encuentro con Dios: tienes que desear ese encuentro y estar dispuesto a poner de tu parte lo que Dios te vaya sugiriendo.

Una última anotación: no es un rato de oración comunitaria, como la que tenemos todos los martes a las 20’30. En ésta última el acento se pone en la oración compartida por la comunidad parroquial. Si no nos conoces y quieres un poco más de información, empieza por venir algún martes y nos preguntas.

Anímate.

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