"Vete, primero a reconciliarte con tu hermano".

"Vete, primero a reconciliarte con tu hermano".
Estos domingos nos ayudan a conocer la misión de Jesús, su "vida pública". Tres tareas inauguran el Reino de Dios: sanar enfermos, alimentar a los pobres y establecer nuevas relaciones humanas educando a sus discÃpulos en el amor verdadero y poniendo los fundamentos de la esperanza.
En el evangelio de hoy, Jesús impulsa a sus discÃpulos hacia el ideal de "justicia" que ya anticipa el Antiguo Testamento: "delante del hombre están muerte y vida" (1ª lectura).
¿Cómo evitar el camino que conduce a la muerte y cómo emprender el camino de la vida?. Jesús perfila el retrato del discÃpulo empleando la antÃtesis: "habéis oÃdo que se dijo...pero yo os digo". Es la propuesta de superación de la ley Nueva frente a la ley antigua. Es la propuesta del EspÃritu de las Bienaventuranzas.
En concreto: La fe es incompatible con el enfrentamiento entre personas. No puedo celebrar el sacramento de la fe -la fiesta de la EucaristÃa- si no perdono en mi corazón al que me ha ofendiddo. Lo ideal es la reconciliación previa de los dos enfrentados; pero si el otro no quiere,¿yo le perdono?.
La codicia, la lujuria, la ira... excluyen del Reino.La lista clásica de los pecados capitales sigue siendo actual y sus efectos nocivos para la vida, los experimentamos a diario. Cada discÃpulo sabemos cuál es nuestra pasión dominante, la que nos puede apartar de la Vida; es necesario pedir al Maestro que nos enseñe, que nos sane, que nos libere del egoÃsmo, porque todos los pecados capitales tienen en común la falta de amor al prójimo y de amor al Padre y a su voluntad.
Jaime Aceña Cuadrado cmf.
Viernes 14 de febrero de 2014, por